Desde hace ya unos años el Maestro Su ha trasladado su residencia habitual a su tierra natal, Taiwán. En ella ha ido abriendo gimnasios y como es de suponer sus ocupaciones han ido en aumento desde entonces, tanto en deferencia o supervisión de los mismos, participación u organización de eventos, así como cursos o seminarios y viajes a las diferentes sedes del mundo atendiendo a sus alumnos, trabajando en diferentes proyectos, etc., en definitiva, entregándose como siempre al arte marcial. Siendo así, ya era innecesario mantener su residencia en New York, por lo que a principios de diciembre viajó a dicha ciudad para, con la ayuda de algunos alumnos y alumnas, hacer la mudanza de sus enseres particulares y zanjar algunos aspectos relacionados con sus años de residencia aquel lugar.
Tras unos días de trabajo y gestiones, “las cosas” que tenía en su apartamento neoyorquino debidamente empaquetadas y registradas iniciaron travesía hacia diferentes sedes de Pachi tanglang. Hecho esto, el Maestro de vuelta a Taipei paró en Mallorca para pasar las navidades. Fue más bien una estancia de descanso en la que pudiera dar un respiro a su actividad cotidiana, unas vacaciones: descansar, comer bien, pasear y realizar algunas compras por encargo, realizar visitas, compartir celebraciones festivas y cosas así.
Las sesiones de práctica regulares que se vienen realizando en los gimnasios de Palma, continuaron durante su visita, de esta manera, también tuvimos ocasión de asistir a clases con el Maestro, realizar exámenes de grados y plantear posibles temarios de estudio en próximos encuentros así como participar en alguna interesantísima charla “filosófica”. El día de reyes el Maestro subió a un avión con destino a Holanda, donde también le esperaban nuestros compañeros neerlandeses para compartir y disfrutar de su presencia unos días antes de su regreso definitivo a Taiwán. Quedamos emplazados para abril, ya que el Maestro volverá a visitarnos para llevar cabo el 2º curso europeo y desembalar y organizar el material enviado desde New York.
José Antonio Bonilla