El Maestro llegó, observó, estudió, “procesó” y nos guió. Así es, enseñanza inteligente y virtuosa, llena de tradición, de trabajo constante, lidiando una carga con actitud paternal que aún en su ausencia perdura. Se desplazó desde Taiwán, donde reside habitualmente en la actualidad, para pasar unos días en su casa de Mallorca junto a nosotros. Durante su estancia pudimos constatar, una vez más, la influencia de su energía vital en el quehacer diario. Vivimos con intensidad su compañía y sus enseñanzas.
Hubo clase todos los días, practicamos bajo la supervisión del Maestro: Mantis (movimientos de los primeros esquemas del estilo Papu Tanglang), Taichi (los cinco aspectos fundamentales para desarrollar la energía en cada movimiento), Pakua, etc., corrigiendo movimientos, mostrando los caminos más adecuados para una correcta ejecución en las técnicas e incluso algunas aplicaciones para facilitarnos el entendimiento.
Durante un fin de semana, el estudio y la práctica fue la actividad principal, sin horarios, sin importar las condiciones meteorológicas o cualquier otra circunstancia. El Maestro enseña y los alumnos aprenden. Para empezar se estudió el tercer esquema de los ocho codos de Mantis (Pa Chou Ti San Tuan). Se trata de unas técnicas de nivel muy alto dentro del sistema Tanglang Chuen, en las que las aplicaciones marciales dejan entrever la dificultad de evadirse de la aplicación, una vez penetrada la guardia del oponente se convierten en letales en la distancia corta. Practicando estos esquemas de los ocho codos, uno se hace más consciente de los vértices que proporcionan las articulaciones y su uso marcial.
También se dedicó un día al estilo Pikua, iniciando a los alumnos más noveles en el primer esquema de dicho estilo, para más tarde dedicar unas horas a a profundizar y aumentar de nivel algunas de sus técnicas o movimientos para acceder a un mejor manejo de su esencia y energía.
Durante el fin de semana pudimos contar también con la presencia de compañeros de la escuela de Pachitanglang de otras ciudades que se desplazaron a Mallorca para estudiar y compartir juntos experiencias. Como Andrés de la escuela de Venezuela, actualmente residiendo y luchando por difundir las enseñanzas del Maestro en Salamanca (España), dos de sus alumnos, Juan, desde Cambridge (Inglaterra), Cristóbal desde París (Francia), Guillermo Arroyo, director de la escuela de Barcelona, junto a uno de sus alumnos, además de los alumnos de Mallorca que pudieron desplazarse al Templo Taolin, centro de meditación de Búger, lugar en el que el Maestro llevó a cabo su magisterio en esos días. Además, como siempre, hubo lugar a reuniones entorno a la mesa, para comer juntos, charlar distendídamente y sobretodo, escuchar al Maestro quien en una de estas, nos desvela un secreto para liberar el espíritu. Así pasaron los días, estudio, práctica, ir y venir de gente, desplazamientos al aeropuerto, compras, preparativos, franqueos de espíritu, conversaciones, cambios, ceremonias, proyectos, etc., etc., etc., todo promovido principalmente por el Maestro Su Yu-Chang y lo que conlleva pertenecer a la escuela de Kung Fu tradicional Pachitanglang Chuen. El Maestro se fue, nos enseñó, asimilamos, digerimos y seguimos su camino.
Muchas gracias.
José Antonio Bonilla Prieto